“Formar rectamente la conciencia de los creyentes es una de las prioridades pastorales de este tiempo nuestro, porque en la medida en que se pierde el sentido del pecado, van aumentando los sentidos de culpa, que se quisieran eliminar con remedios paliativos insuficientes”.
Benedicto XVI alienta a “favorecer un nuevo impulso y una renovación en la celebración de la Misericordia y en la experiencia significativa del Perdón divino” y -en el Año Sacerdotal- exhorta a los sacerdotes a ser “ministros dignos de la Misericordia Divina y educadores responsables de las conciencias”. En un Mensaje enviado con motivo de la 60 Semana Litúrgica nacional italiana, que se inauguró ayer, el Papa hace hincapié en el lema de este encuentro: “Celebrar la misericordia. Déjense reconciliar con Dios” (2 Cor 5,20).
Tema que pone de relieve “de forma oportuna, la importancia y actualidad del Sacramento de la Penitencia o Reconciliación”, destaca el mensaje pontificio, señalando luego la feliz coincidencia de esta Semana Litúrgica, con el Año Sacerdotal y con el 35 aniversario de la entrada en vigor, para la Iglesia italiana, del nuevo Rito de la Penitencia.
Al igual que en su mensaje los participantes en el XX Curso del foro interno, promovido por la Penitenciaría Apostólica, reiterando que “formar rectamente la conciencia de los creyentes es una de las prioridades pastorales de este tiempo nuestro, porque en la medida en que se pierde el sentido del pecado, van aumentando los sentidos de culpa, que se quisieran eliminar con remedios paliativos insuficientes”, Benedicto XVI recuerda que “al igual que todos los sacramentos, también el de la Penitencia requiere una catequesis previa y una catequesis mistagógica, para profundizar en el sacramento, por medio del rito y de la oración. Sin olvidar que, a la catequesis se debe unir un sabio empleo de la predicación, que en la historia de la Iglesia ha conocido formas diversas, según la mentalidad y las necesidades pastorales de los fieles”.
El mensaje, firmado por el cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, está dirigido a Mons. Felice di Molfetta, obispo de Cerignola y presidente del Centro de Acción Litúrgica, manifiesta el profundo aprecio del Papa por el compromiso y empeño que, a lo largo de 60 años, vienen caracterizando estos encuentros, “en constante adhesión a la doctrina y a las indicaciones de la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium, en sabia obediencia al Episcopado y a la Santa Sede, para presentar el Misterio de la fe”.
Invitando a proseguir en esta senda, con la misma fidelidad y el mismo espíritu, “ayudando a infundir nueva valentía y nueva perseverancia, en los obreros de la viña del Señor”, Benedicto XVI pone de relieve que estas Semanas Litúrgicas vienen ofreciendo a Obispos, sacerdotes, personas consagradas, estudiosos, responsables diocesanos y fieles “preciosas ocasiones de profundización, siempre en una perspectiva de servicio eclesial”.
Es decir, haciendo crecer a la comunidad en el espíritu y en la práctica litúrgica. Evocando el magisterio del Concilio Vaticano II, el Santo Padre, destaca que “hay que tener muy en cuenta la plena y activa participación de todo el pueblo en la Liturgia, porque es la fuente primaria y necesaria de donde han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano” (SC, 14).
Una vez más, el Pontífice recuerda que junto con una adecuada formación, la conciencia moral y una forma madura de vivir y celebrar el Sacramento de la confesión, es necesario favorecer en los fieles la experiencia del acompañamiento espiritual. “Precisamente por ello, hoy se necesitan maestros de espíritu sabios y santos”, reitera Benedicto XVI, exhortando a los sacerdotes a “mantener siempre viva en sí mismos la conciencia de que tienen que ser Ministros de la Misericordia Divina y educadores responsables de las conciencias”, inspirándose en el ejemplo del Cura de Ars, san Juan María Vianney, que recordamos de forma tan especial este año, en el 150 aniversario de su muerte.
Su Santidad invoca la celestial intercesión y amparo de la Virgen María, Madre de Misericordia, sobre todos los participantes en esta Semana Litúrgica, que se está celebrando en la ciudad italiana de Barletta y que terminará el próximo viernes, 28 de agosto.