En una audiencia de comunicadores de Iglesia con el Santo Padre, el director de Comunicaciones y Prensa de la Conferencia Episcopal de Chile, Jaime Coiro, entregó al Papa Benedicto XVI una bandera chilena que fue firmada, 700 metros bajo tierra en la mina San José, por los 33 mineros.
La audiencia sostenida este jueves al mediodía en la sala Clementina del Palacio Vaticano era el momento conclusivo del Congreso mundial de Prensa Católica, que se celebró en la Santa Sede, del 4 al 7 de octubre, convocado por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.
En este congreso participaron por Chile los periodistas Jaime Coiro, director de Comunicaciones y Prensa de la Conferencia Episcopal; Paz Escárate, de la Iglesia de Santiago, y María Eugenia Quitral, de la diócesis de Valparaíso.
El día martes, Coiro expuso en el Congreso acerca de las expectativas de la Prensa Católica en América Latina, oportunidad en la que exhibió a los cerca de 200 participantes llegados de 85 países, una bandera chilena con la firma de 33 mineros.
La historia de la bandera
La esposa del minero Claudio Yáñez solicitó a su esposo la posibilidad de poder llevar al colegio Pedro León Gallo, de Copiapó, una bandera chilena firmada por los 33 mineros.
El trabajador colocó un mensaje en la bandera “Estamos vivos en el refugio los 33” con una dedicatoria al colegio, los nombres de todos y luego pidió a cada uno que estampara su firma.
Pero para asegurarse que este signo llegara a su destino, hicieron lo mismo con dos banderas. Una de las banderas fue enviada al colegio, y la otra la entregó la esposa de Yáñez a la periodista Doris Pons, directora de Comunicaciones de la diócesis de Copiapó, para que la llevara como ofrenda a una jornada nacional de comunicadores y periodistas venidos de todo Chile, la semana pasada en el Santiago.
En dicha Jornada, los comunicadores acordaron que esa bandera fuera llevada por la delegación chilena a Roma, para agradecer a los países hermanos la solidaridad que las Iglesias locales han manifestado con los mineros, y su comprometida oración por su pronto rescate.
“Pero la oportunidad de entregársela al Papa fue una verdadera sorpresa, porque Dios habla a través de estos misterios”- señala Coiro, al precisar que formó parte del grupo que saludaría hoy al Santo Padre en su calidad de expositor en el Congreso, rol que no estaba previsto y que debió asumir ante la imprevista ausencia de un representante del CELAM.
Cuando exhibió la bandera en el Congreso, espontáneamente los delegados de decenas de naciones se acercaron para expresar lo preocupados que estaban en sus Iglesias y países por la situación de los mineros. Fotos con la bandera se tomaron periodistas católicos de todas las latitudes.
Los delegados chilenos, en comunión por redes sociales con os comunicadores del país, decidieron entregar la bandera al Papa. “Porque en definitiva esta bandera no es nuestra, es de los mineros y representa la esperanza con que millones de personas en todo el mundo confiamos a Dios su vida, su salud y su pronto reencuentro con sus familias”, explicó el director de Prensa de la CECh.