Con motivo de la solemnidad de la Epifanía, el Santo Padre visitó el Policlínico Agostino Gemelli de Roma, lugar donde están internados niños con espina bífida.
Después de saludar a los pequeños pacientes ingresados, visitó la Unidad de Cuidados Intensivos para la asistencia neonatal y el ambulatorio del Instituto Científico Internacional Pablo VI para la investigación, el diagnóstico y la terapia de la esterilidad conyugal.
Dirigiéndose al personal médico, a los niños enfermos y a sus padres, el Santo Padre dijo que había ido al Gemelli para decir a los pequeños: “Os quiero mucho y os acompaño de cerca con mi oración y mi afecto, también para daros fuerzas al afrontar vuestra enfermedad. (…) Bendigo a las personas, el desempeño y el ambiente en el que se ejercita de un modo concreto el amor hacia los más pequeños y más necesitados”.
“Queridos niños y jóvenes -continuó-, he querido venir a veros para hacer como los Magos, que celebramos en esta fiesta de la Epifanía: llevaron regalos a Jesús -oro, incienso y mirra- para manifestarle adoración y afecto. Hoy os he traído también yo regalos, para que sintáis, por medio de este pequeño gesto, la simpatía, la cercanía y el afecto del Papa. Pero quisiera que todos, adultos y niños, en este tiempo de Navidad, recordásemos que el mayor regalo nos lo ha hecho Dios a cada uno de nosotros”.
Antes de concluir, Benedicto XVI alentó “las distintas iniciativas de bien y de voluntariado, así como a las instituciones que se comprometen en el servicio de la vida, en particular el Instituto Científico Internacional Pablo VI, que promueve la procreación responsable. ¡Gracias a todos de nuevo! ¡El Papa os quiere mucho!”.