“Se trata -explica el texto- de una síntesis de las conclusiones de las visitas a las cuatro archidiócesis, a los institutos religiosos y a los seminarios irlandeses. Aprobado por los dicasterios que han llevado a cabo la visita, contiene también algunas indicaciones de la Santa Sede, que se suman a las que los diversos dicasterios han enviado a los responsables de las entidades visitadas”.
A continuación se enumeran algunos de los principales contenidos:
a) “La Santa Sede reafirma la consternación expresada por el Papa Benedicto XVI en la ‘Carta a los católicos de Irlanda’ y la cercanía que en repetidas ocasiones ha manifestado a las personas víctimas de esos actos pecaminosos y criminales cometidos por sacerdotes o religiosos”.
b) “La Visita, que ha tenido un carácter pastoral, ha constatado, por una parte, la gravedad de las faltas que dieron lugar en el pasado a una comprensión y una reacción insuficientes, incluso por parte de los obispos y superiores religiosos, al terrible fenómeno del abuso de menores. Por otra parte, se ha evidenciado claramente que, a partir de los años 90, se han realizado avances decisivos que han desembocado en una mayor conciencia del problema y en cambios profundos en la manera de afrontarlo. Se recomienda que los obispos y superiores religiosos prosigan con su empeño de acogida y asistencia a las víctimas de abusos.”
c) “Las Directrices establecidas en el documento ‘Safeguarding children’ de 2008 (punto de llegada de los documentos anteriores) prevén: la participación generalizada de los fieles y de las estructuras eclesiásticas en el trabajo de prevención y de formación; la estrecha colaboración con las autoridades civiles en el informe puntual de las denuncias; la constante referencia a la Congregación para la Doctrina de la Fe en asuntos de su competencia. Dichas normas han demostrado ser una herramienta eficaz para tratar las denuncias de abusos y aumentar la sensibilidad de toda la comunidad cristiana en materia de tutela de los menores. Las directrices se actualizarán ulteriormente basándose en las indicaciones publicadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe el 3 de mayo 2011 y revisadas periódicamente”.
d) “La labor del ‘National Board for Safeguarding Children’ es profunda y de largo alcance. Se ha revelado especialmente útil su verificación de la aplicación de las Directrices en las diversas diócesis e institutos religiosos. Se recomienda que este proceso de verificación cubra, lo antes posible, todas las diócesis e institutos religiosos y que se repita con regularidad”.
e) “A partir del documento ‘Interim guidance’, publicado recientemente, los obispos y superiores religiosos, en colaboración con el National Board, deben elaborar una normativa para tratar los casos de sacerdotes o religiosos que hayan sido acusados, pero contra los que el fiscal haya decidido no proceder. Del mismo modo, deben establecer normas para facilitar el regreso al ministerio de los sacerdotes acusados falsamente y para proporcionar la adecuada atención pastoral a los sacerdotes o religiosos que hayan sido declarados culpables de abuso de menores”.
f)”La Visita a los seminarios ha apreciado el compromiso de los educadores y los seminaristas, y la atención prestada a su formación intelectual, humana y espiritual. En los seminarios están en vigor normas claras de tutela de los menores, con una amplia comprensión de todo lo que este tema implica en la vida de la Iglesia. Para mejorar la calidad de la formación se ha recomendado, entre otras cosas, asegurarse de que ésta se inspire en una auténtica identidad sacerdotal; que se refuerce la responsabilidad de los obispos en la gestión de los seminarios; que se introduzcan criterios de admisión más coherentes; que se garantice que los seminaristas residan en los edificios reservados para ellos; que se incluya en su historial académico una formación profunda en la tutela de los menores”.
g)”Todos y cada uno de los institutos religiosos están invitados a establecer un programa trienal de profundización de su carisma fundacional y sus respectivas fuentes, poniendo a punto medios adecuados para revitalizar la comunidad en materia de oración, vida comunitaria y misión apostólica. Los institutos están invitados a asegurar una apertura pastoral a los que sufren las consecuencias de abusos”.
h) “La Visita ha comprobado que los dolorosos acontecimientos de los últimos años han abierto muchas heridas, también en la comunidad católica. Por otro lado, en este difícil período, se ha puesto también de manifiesto la permanente vitalidad de la fe del pueblo irlandés. Entre los signos de esperanza, cabe destacar la dedicación con la que muchos obispos, sacerdotes y religiosos viven su vocación; la cercanía humana y espiritual que muchos de ellos han advertido, por parte de los fieles, en un tiempo de crisis; la profunda fe de muchos hombres y las mujeres y la vasta implicación de sacerdotes, religiosos y laicos en establecer estructuras de tutela de los menores. En este contexto, se lanza un llamamiento a la comunión eclesial; comunión entre los obispos, entre ellos y el Sucesor de Pedro; entre los obispos y los sacerdotes; entre pastores y laicos; entre estructuras diocesanas y comunidades de vida religiosa”.
i) “Se indican, en fin, algunas prioridades pastorales que pueden guiar la renovación: la formación en los contenidos de la fe; la valoración del compromiso de los laicos; el papel de los profesores de religión; la apertura a la contribución de los movimientos y asociaciones; la fidelidad a las enseñanzas del Magisterio. Asimismo, se anuncia que la Santa Sede y el episcopado irlandés ya han empezado una reflexión conjunta sobre la configuración actual de las diócesis, con el fin de hacer las estructuras diocesanas más idóneas para responder a la misión actual de la la Iglesia en Irlanda”.