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“Si no hay familia, no hay vocaciones”

familia1Así lo destacó Monseñor Juan Ignacio González en la Misa de Clausura del Mes de la Familia en la Diócesis de San Bernardo, coincidiendo con el término del Sínodo que se realizó en Roma,

La Eucaristía celebrada este domingo la Iglesia Catedral, contó con la participación de los representantes de las parroquias de esta sede eclesiástica, los cuales apostados en el frontis del altar recibieron la solemne bendición que llevaran a sus hogares.

En su homilía el Sr. Obispo señaló que “Hoy están aquí las familias. Porque la Iglesia es ella misma una familia, lo dice San Pablo, somos de la familia de Dios. Tenemos por Padre, al Padre Eterno, por Madre a nuestra Madre del cielo y a la misma Iglesia”

“Hoy también ha terminado en Roma el Sínodo de la Familia que el Papa Francisco ha querido convocar. Vamos conociendo ya las propuestas y todas ellas van en esta línea, con una consciencia muy clara de la Iglesia y también del mundo, de que el fin, el verdadero progreso de un pueblo, de una nación se juega en sus familias. En la Iglesia la transmisión de la fe se realiza en las familias” destacó.

“Se requiere una pedagogía, un trabajo, una dedicación mayor de todos nosotras a esta gran tarea de fortalecer, de apoyar, de consolidar la familia en nuestro mundo y en nuestra Diócesis. Seguir trabajando persona a persona, que es el trabajo real de la Iglesia, nosotros vivimos en la fe cada uno y en familia … Tenemos que seguir desarrollando la pastoral familiar, en cada parroquia tiene que haber un pequeño grupo de matrimonios que estén atentos, ayudando, apoyando enseñando en las zonas, en los decanatos, en la diócesis. La vida de la iglesia se juega en la familia, una de las prioridades de nuestra Diócesis, junto con las vocaciones sacerdotales, es precisamente la familia, están relacionadas las dos, si hay familias bien constituidas que trabajan en el amor del Señor hay vocaciones, si no hay familia no hay vocaciones”. Enfatizó en su prédica el prelado de San Bernardo.

La ceremonia concluyo con una oración en conjunto para la protección y el cuidado de la familia y la vida, uno de los pilares fundamentales de toda sociedad cristiana.

 

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