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”Nosotros los cristianos, aquí y ahora, estamos llamados a dar testimonio de Cristo”

crismal1Destacó Monseñor Juan Ignacio González durante la celebración de la Misa Crismal de este Miércoles Santo, en donde además se dio inicio oficial al Congreso Eucarístico Diocesano que se vivirá en toda la Iglesia que peregrina en Chile.

Numerosos fieles llegaron este miércoles 28 de marzo hasta la Iglesia Catedral para acompañar al clero diocesano y religiosos, en una nueva renovación de sus promesas sacerdotales, realizadas el día de su ordenación.

Además, con la lectura del Decreto de promulgación se dio el vamos al Congreso Eucarístico Diocesano que se vivirá en todos los rincones de la Diócesis de San Bernardo con diferentes actividades que involucraran a jóvenes, adultos y comunidades parroquiales.

En su homilía el prelado de San Bernardo señaló que “La gracia que Cristo nos ganó con su vida, muerte y resurrección es la única fuerza que salva al ser humano y al mundo y nosotros somos instrumentos a través de los cuales – ordinariamente – ésta llega al pueblo de Dios… El mayor tesoro de nuestra vida es tener la gracia. Estar en gracia nos hace hijos de Dios: no somos ya extraños, sino de su familia”.

Además destacó que “Toda la vida del cristiano consiste en crecer cada día un poco más en gracia de Dios. Por eso, el cristiano debe recurrir con frecuencia a la Sagrada Comunión y a la Confesión, ofrecer todo su día a Dios, y procurar estar unido íntimamente a Él por medio de la oración.

Asimismo señaló “Ese alumbrar el mundo y nuestra propia realidad diocesana, tiene este año un camino preciso y concreto, el Congreso Eucarístico Diocesano, que hoy es convocados en todas las diócesis del país y cuya finalidad es poner al Señor en el centro de nuestra propia vida y en la vida de nuestra comunidades de modo nuevo y más intenso, promoviendo el encuentro con Jesús Sacramentado, particularmente en la Santa Misa dominical y en la adoración Eucarística y reflexionar en torno a la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia y en la de cada uno. Salgamos, hermanos y hermanas, a buscar a los que están lejos para que se encuentren con la Iglesia, como sacramento de salvación, siendo verdaderos discípulos y misioneros, acerquémonos con amor fraterno a aquellos que son los más necesitados y abandonados de nuestra sociedad, y oremos y pidamos orar con insistencia por las vocaciones al ministerio sacerdotal, a la vida consagrada y misionera en toda nuestra diócesis”.

“Aferrémonos con fuerza al Señor y vivamos la comunión afectiva y efectiva entre nosotros y pidamos la virtud de la fortaleza para cada día, que exige, muchas veces, vencer los propios caprichos, el egoísmo y la comodidad. Y ese vencimiento solo es posible con el amor de Dios. Somos fuertes si amamos. Nosotros los cristianos, aquí y ahora, estamos llamados a dar testimonio de Cristo” insto a los sacerdotes.

Al finalizar su prédica, se realizó la renovación de las promesas sacerdotales. El Sr. Obispo se dirigió a los presbíteros, quienes afirmaron en voz alta su fidelidad al sacerdocio. Para luego consagrar el Santo Crisma y bendecir los Santos Óleos de los catecúmenos y de los enfermos, que se usarán durante el año en los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Unción de los Enfermos.

La ceremonia concluyó con la bendición a todos los presentes con el Santisimo Sacramento, que tras una pequena procesión desde el templo fue expuesto en la capilla de adoración perpetua, a un costado de la Iglesia Catedral.

Leer Homilía completa de Mons. Juan Ignacio González

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