El Domingo de la Palabra de Dios es una iniciativa pastoral de Nueva Evangelización, con el fin de reavivar la responsabilidad que los creyentes tienen en el conocimiento de la Sagrada Escritura y en mantenerla viva mediante un trabajo de transmisión y comprensión permanente, capaz de dar sentido a la vida de la Iglesia en las diversas condiciones en las que se encuentra.
Con la Carta Apostólica en forma Motu Proprio del Santo Padre “Aperuit Illis”, publicada el 30 de septiembre de 2019, se instituye el Domingo de la Palabra de Dios cada III domingo del Tiempo Ordinario. La conferencia de prensa de presentación de esta celebración se realizó el viernes 17 de enero en el Vaticano.
En la presentación Mons. Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, señaló que “es una iniciativa que el Papa Francisco confía a toda la Iglesia para que la comunidad cristiana se centre en el gran valor que la Palabra de Dios ocupa en su existencia cotidiana ” (Aperuit illis 2).
Mons. Fisichella afirmó que al concluir el Jubileo de la Misericordia, en la Carta apostólica Misericordia et misera, el Papa Francisco ya había hecho una alusión a esta perspectiva cuando escribió: ” Sería oportuno que cada comunidad, en un domingo del Año litúrgico, renovase su compromiso en favor de la difusión, el conocimiento y la profundización de la Sagrada Escritura: un domingo dedicado enteramente a la Palabra de Dios para comprender la inagotable riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo. Habría que enriquecer ese momento con iniciativas creativas, que animen a los creyentes a ser instrumentos vivos de la transmisión de la Palabra.” (Mm 7).
Este Domingo de la Palabra de Dios es, por tanto, una iniciativa pastoral de Nueva Evangelización, con el fin de reavivar la responsabilidad que los creyentes tienen en el conocimiento de la Sagrada Escritura y en mantenerla viva mediante un trabajo de transmisión y comprensión permanente, capaz de dar sentido a la vida de la Iglesia en las diversas condiciones en las que se encuentra, concluyó Fisichella.
Mons. Fisichella se refiere a la celebración del Domingo de la Palabra de Dios en el Vaticano
Es bueno ahora centrar la atención en el domingo 26 de enero. Esencialmente, las iniciativas, muy sencillas, no hacen más que inaugurar un itinerario que en los próximos años se verá enriquecido por otras experiencias destinadas sobre todo a preparar a los laicos y laicas a asumir el ministerio del lectorado para recordar la importancia del anuncio de la Palabra de Dios en la liturgia, pero al mismo tiempo confiarles, por ejemplo, la preparación de la lectio divina u otras formas de animación, difusión y estudio de la Sagrada Escritura.
El domingo 26, a las 10 de la mañana, el Papa Francisco presidirá la sagrada eucaristía en la basílica de San Pedro. En el altar papal se colocará para la ocasión la imagen de Nuestra Señora de Knock, Patrona de Irlanda, que vendrá especialmente desde ese santuario acompañada de una gran representación de los fieles, encabezada por el arzobispo de Tuam, Mons. Michael Neary y el rector del santuario, el Padre Richard Gibbons. El coro del santuario se alternará en la animación de la sagrada eucaristía con el Coro de la Capilla Sixtina.
La elección de esta presencia es casi obligatoria para este domingo. Como sabemos, la aparición de la Virgen en Knock en 1879 es particularmente evocadora: la Virgen está acompañada por San José y el evangelista Juan que indican el altar en el que reina el Cordero victorioso, como en la visión del Apocalipsis. La Virgen María en esta aparición no habla; permanece en silencio, como para indicar la actitud fundamental ante el misterio; y sin embargo, toda la aparición “habla”, porque en Juan indica el Evangelio que estamos obligados a hacer nuestro y el camino que nos espera en vista de los últimos tiempos. En el centro se encuentra una vez más el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, el corazón palpitante de la evangelización. Al comienzo de la misa tendrá lugar, además, la entronización solemne del Leccionario, utilizado en todas las sesiones del Concilio Vaticano II.
Al final de la celebración eucarística, el Papa Francisco hará un gesto simbólico: entregará la Biblia a 40 personas que representan tantas expresiones de nuestra vida cotidiana: del obispo al extranjero, del sacerdote al catequista, de las personas consagradas al policía y a la guardia suiza, de los embajadores de los distintos continentes a los profesores universitarios y a los maestros de escuela primaria y secundaria, de los pobres al periodista, del gendarme al preso que cumple la pena de cadena perpetua en estado de libertad condicional, de algunas familias a Nicolò Zaniolo en representación de los deportistas; también la recibirán un representante de las Iglesias ortodoxas y de las comunidades evangélicas. En resumen, a todos se les entrega la Sagrada Escritura para indicar la atención que estamos llamados a conceder a la Palabra de Dios, para que no quede como un libro en nuestras manos, sino que se convierta más bien en una continua llamada a la oración, la lectura, la meditación y el estudio. Este domingo, quiere llamar a todos los cristianos a no dejar la Biblia como uno de los muchos libros en el estante de casa, quizás lleno de polvo, sino como un instrumento que despierte nuestra fe.
A la salida de la basílica, todos los participantes recibirán una edición especial de la Sagrada Escritura, publicada para la ocasión y ofrecida por la generosidad de las Ediciones San Pablo, a quienes expresamos nuestro profundo agradecimiento. Para prepararse a celebrar este domingo de la Palabra de Dios, se ha puesto a punto también un folleto pastoral en italiano, ya traducido al francés, español, portugués, y polaco y en inglés, disponible sólo en línea, para que los párrocos y los agentes de pastoral puedan utilizarlo para encontrar ideas e instrumentos adecuados para la animación de este día.
Por la tarde, en la Plaza Navona, en la hermosa Iglesia de Santa Inés, de 16 a 19 horas, se alternarán muchas personalidades de diversa procedencia para la lectura continua del Evangelio de Mateo. La elección de este Evangelio depende del hecho de que es el Evangelio que se leerá los domingos de este año y, por lo tanto, se presta a ser una introducción a la oración y a la meditación que los fieles efectuarán durante el año 2020. Este momento será animado por el Coro de la Diócesis de Roma. Para la ocasión se ha publicado una edición especial del Evangelio de Mateo que será distribuida a los presentes.
Fuente: Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede
Vaticano, 17-01-2020