Fueron las palabras de Monseñor Alberto Ortega, Nuncio Apostólico en Chile de Su Santidad Francisco, durante la solemne Misa de Corpus Christi celebrada en la Catedral de San Bernardo, el pasado domingo 14 de junio.
Al finalizar la ceremonia Monseñor Ortega realizó una procesión con el Santísimo Sacramento hasta el frontis del templo, en donde impartió la solemne bendición a todo el país y sus habitantes.