Los seminaristas y formadores del Seminario Mayor San Pedro Apóstol recibieron la visita del Arzobispo Andrés Ferrada, Secretario de la Congregación para el Clero, de la cual depende los seminarios del mundo entero.
El Arzobispo Ferrada estuvo en dicha casa de estudios y formación el pasado 16 de agosto, ocasión en la que se reunió con Monseñor Juan Ignacio González y los formadores, Padre Robin Sáenz, Rector del Seminario; Padre Álvaro Aedo, Prefecto de Estudios; Padre Rodrigo Bulboa, Director Espiritual, además del padre Mario Bernal, Director espiritual externo, en conversación analizaron en conjunto el proceso de formación de los alumnos del seminario, las diversas etapas del proceso, etc.
Asimismo, Monseñor Ferrada insistió en la dedicación de los formadores a los alumnos, la necesidad de ir creando en cada uno la amistad con Cristo y diversas otras temáticas del proceso formativo.
A continuación, se reunió largamente con toda la comunidad del seminario, formada por 29 seminaristas y 2 religiosos. Luego de unas breves palabras, dejó un amplio espacio para el diálogo y las preguntas, que, poco a poco, dio lugar a muchas e interesantes interrogantes y respuestas sobre la vida sacerdotal, la situación de los seminarios en diversos continentes, los fundamentos y medios para aprovechas las diversas etapas del seminario, las ideas centrales que el Papa Francisco para llevar adelante una entrega en el sacerdocio. A este propósito, recordó Monseñor Ferrada, la “cuatro cercanías”; con Dios, con el Obispo, con los hermanos en el sacerdocio y con el pueblo de Dios, especialmente los más pobres y vulnerables.
El encuentro finalizó con la celebración de la Eucaristía en la Capilla Mayor del Seminario, el Obispo de San Bernardo agradeció a Monseñor Ferrada su visita y le regaló de parte de la Diócesis una reliquia “ex ossibus” de San Alberto Hurtado, con la correspondiente auténtica, es decir, el documento oficial que acredita su veracidad. Como señaló Mons. Juan Ignacio González, ha sido una visita que nos manifiesta el amor y la providencia de Dios con la comunidad del Seminario y con nuestra Diócesis.