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Benedicto XVI a los periodistas: , ¿por qué este viaje a Malta?

malta4Sé que Malta ama a Cristo y ama a su Iglesia, que es su Cuerpo, y sabe que, si bien este Cuerpo está herido por nuestros pecados, el Señor sin embargo ama a esta Iglesia, y su Evangelio es la verdadera fuerza que purifica y cura.  

Padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Información de la Santa Sede: Queridos amigos, Su Santidad está de nuevo con nosotros con motivo del primero de los cinco viajes que en este año tiene programados. Estamos muy contentos de estar con usted al inicio de este viaje, pues podemos felicitarle por los dos aniversarios de estos días: el de ayer, el cumpleaños, y el del lunes próximo. El Santo Padre ha recibido las preguntas que algunos de vosotros habéis presentado y que interpretan en cierto sentido las expectativas que todos tenemos al inicio de este viaje y, por tanto, nos ofrecerá algunas reflexiones, algunas consideraciones, respondiendo a estas expectativas nuestras. No seguiremos el esquema de otras ocasiones –pregunta y repuesta–; dejemos que el Santo Padre nos ofrezca un discurso sintético. Gracias, Santidad, y buen viaje.

Benedicto XVI: Queridos amigos, ¡buenas tardes! Nos deseamos buen viaje, sin esta nube oscura que sobrevuela parte de Europa.

Entonces, ¿por qué este viaje a Malta? Los motivos son múltiples.

El primero es san Pablo. Ha concluido el Año Paulino de la Iglesia universal, pero Malta festeja 1950 años de sy naufragio y ésta es para mí una ocasión para subrayar una vez más la gran figura del apóstol de las gentes, con su mensaje importante, precisamente para hoy. Creo que puede sintetizarse la esencia de su viaje con las palabras que él mismo resumió al final de la Carta a los Gálatas: “la fe opera en la caridad”.

Es algo importante también para hoy: la fe, la relación con Dios, se transforma después en caridad. Pero pienso también que el motivo del naufragio nos interpela. Del naufragio, surgió para Malta la suerte de tener la fe; de este modo podemos pensar también nosotros que los naufragios de la vida forman parte del proyecto de Dios para nosotros y pueden ser útiles para nuevos inicios de nuestra vida.

El segundo motivo: me gusta vivir en medio una Iglesia viva, como la de Malta, que es fecunda también hoy en vocaciones, llena de fe, en medio de nuestro tiempo, y que responde a los desafíos de nuestro tiempo. Sé que Malta ama a Cristo y ama a su Iglesia, que es su Cuerpo, y sabe que, si bien este Cuerpo está herido por nuestros pecados, el Señor sin embargo ama a esta Iglesia, y su Evangelio es la verdadera fuerza que purifica y cura.

Tercer punto: Malta es el punto en el que las corrientes de los refugiados llegan de África y tocan a la puerta de Europa. Este es un gran problema de nuestro tiempo y, naturalmente, no puede ser solucionado por la isla de Malta. Todos nosotros tenemos que responder a este desafío, trabajar para que todos puedan, en su tierra, vivir una vida digna y, por otra parte, hacer lo posible para que estos refugiados encuentren donde llegan un espacio de vida digna. Es una respuesta a un desafío de nuestro tiempo. Malta nos recuerda estos problemas y nos recuerda también que precisamente la fe es la fuerza que da caridad y, por tanto, también la fantasía para responder adecuadamente a estos desafíos. Gracias.

–Padre Lombardi: Gracias, Santidad, y buen viaje. Le acompañaremos con nuestro trabajo y nuestra información.

fotomaltaEn la Gruta de San Pablo:
El Papa subraya que el mundo necesita recuperar y defender las verdades morales fundamentales, base de la auténtica libertad y genuino progreso

Desde el sugestivo marco de la gruta de san Pablo en Malta, el Papa ha recordado que el mundo necesita recuperar y defender las verdades morales fundamentales que son la base de la auténtica libertad y del genuino progreso. Benedicto XVI ha querido insistir desde la isla que Dios marcó a Pablo como itinerario que “frente a tantas amenazas contra el carácter sagrado de la vida humana, y la dignidad del matrimonio y la familia” el mundo necesita ese testimonio que recuerda constantemente “a nuestros contemporáneos la grandeza de nuestra dignidad de hijos de Dios y la sublime vocación que hemos recibido de Cristo”.

El último acto de este día en Malta del Santo Padre ha sido la visita a la gruta de san Pablo, en Rabat, donde el Papa ha “venido siguiendo las huellas de esa multitud de peregrinos que a lo largo de los siglos han rezado en este lugar santo, confiando a la intercesión del apóstol de los Gentiles sus propias vidas, sus familias y la prosperidad de esta nación”.

El Pontífice ha querido elogiar a estas gentes de Malta, que siguiendo el ejemplo de san Publio, acogieron a los náufragos. Y gracias a ello “según el designio de Dios, san Pablo se convirtió en vuestro padre en la fe cristiana. Gracias a su presencia entre vosotros, el evangelio de Jesucristo echó profundas raíces y fructificó no sólo en la vida personal, familiar y comunitaria, sino también en la formación de la identidad nacional de Malta, así como en su propia y dinámica cultura”.

Benedicto XVI ha recordado como el trabajo apostólico de Pablo produjo también una abundante cosecha con la generación de predicadores que siguieron sus huellas y, de modo particular, con el gran número de sacerdotes y religiosos que, imitando su celo misionero, dejaron Malta para llevar el evangelio a tierras lejanas. Dirigiéndose en especial a los misioneros, el Papa les ha agradecido su testimonio de Cristo resucitado y su vida gastada en el servicio a los demás. “Vuestra presencia y actividad en tantos países del mundo -ha subrayado – honra a vuestra patria y manifiesta lo profundo que es el impulso evangélico de la Iglesia en Malta”.
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malta3El Papa invita a los malteses a “poner la confianza en Dios”
“La avanzada tecnología actual no nos salvará del mal”, afirma

Este domingo 18 de abril, el Papa Benedicto XVI se dirigió hoy a los malteses instándoles a conservar la fe que llegó a la isla con san Pablo, y que, afirmó, “fue el mayor de todos los dones que han llegado a estas costas a través de la historia de sus gentes”.
Ante los miles de personas congregadas en la gran plaza Granai de Floriana, ante la iglesia de San Publio, el Papa recordó el pasaje de los Hechos de los Apóstoles, proclamado poco antes, que narra el dramático naufragio de Pablo en las costas de Malta, hecho del que se cumple el 1950 aniversario.

“Sé que la primera lectura de la Misa de hoy es una de las que os gusta escuchar”, bromeó el Papa con los presentes.

“”La tripulación del barco, para salir del apuro, se vio obligada a tirar por la borda el cargamento, los aparejos e incluso el trigo, que era su único sustento. Pablo les exhortó a poner su confianza sólo en Dios, mientras la nave era zarandeada por las olas”, citó el Papa.

“También nosotros debemos poner nuestra confianza sólo en Dios. Nos sentimos tentados por la idea de que la avanzada tecnología de hoy puede responder a todas nuestras necesidades y nos salva de todos los peligros que nos acechan. Pero no es así”.

“En cada momento de nuestras vidas dependemos completamente de Dios, en quien vivimos, nos movemos y existimos. Sólo él nos puede proteger del mal, sólo él puede guiarnos a través de las tormentas de la vida, sólo él puede llevarnos a un lugar seguro, como lo hizo con Pablo y sus compañeros a la deriva ante las costas de Malta”, afirmó el Papa.

En este sentido, el Papa invitó a los presentes a mostrar esa misma confianza: “más que cualquier bagaje que podamos tener con nosotros -nuestros logros humanos, nuestras posesiones, nuestra tecnología-, lo que nos da la clave de nuestra felicidad y realización humana es nuestra relación con el Señor”.

Hilando con el Evangelio, sobre las tres veces que Jesús resucitado pregunta a Pedro por su amor hacia él, Benedicto XVI recordó que la misión de la Iglesia surge de ese amor a Cristo, que “es lo que debe dirigir todos los aspectos de nuestra predicación y enseñanza, nuestra celebración de los sacramentos y nuestra preocupación por el Pueblo de Dios”.

Conservar la femalta2

El Papa Benedicto XVI invitó a los malteses, país que en los últimos años está experimentando importantes cambios sociales, a conservar la fe cristiana.

En este sentido, afirmó que “no todo lo que el mundo de hoy propone es digno de ser asumido por el pueblo maltés”.

“Muchas voces tratan de convencernos de dejar de lado nuestra fe en Dios y su Iglesia, y elegir por nosotros mismos los valores y las creencias con que vivir. Nos dicen que no tenemos necesidad de Dios o de la Iglesia”.

Ante esta tentación, el Papa recordó el episodio de la pesca milagrosa narrado por el Evangelio de este domingo, explicando que “los discípulos, todos ellos pescadores expertos, habiendo bregado toda la noche, no consiguieron un solo pez”.

“Después, presentándose en la orilla, Jesús les dijo dónde echar las redes y la pesca fue tan grande que apenas podían sacarla. Abandonados a sí mismos, sus esfuerzos resultaron inútiles; cuando Jesús se puso a su lado, lograron una multitud de peces”.

“Mis queridos hermanos y hermanas, si ponemos nuestra confianza en el Señor y seguimos sus enseñanzas, obtendremos siempre grandes frutos”, exhortó el Papa a los presentes.

“La pesca milagrosa pone de manifiesto que los Apóstoles dependían de Dios para el éxito de sus proyectos en la tierra. El diálogo entre Pedro y Jesús subraya la necesidad de la misericordia divina para curar sus heridas espirituales, las heridas del pecado”, añadió.