Señaló Monseñor Juan Ignacio a los sacerdotes y fieles durante la celebración de la Misa Crismal de este Miércoles Santo, en donde además se dio inicio al Año Vocacional, la Escuela de Monaguillos
Como ya es una tradición, cientos de fieles llegaron hasta la Iglesia Catedral para acompañar a los presbíteros y religiosos, quienes renovaron ante el Sr. Obispo sus promesas sacerdotales, realizadas el día de su ordenación.
Además este año, en que se crea la Escuela de Monaguillos, asistió a la ceremonia litúrgica, una extensa delegación de servidores del altar correspondientes a las diferentes parroquias de la Diócesis.
En su homilía el prelado de San Bernardo señaló que “Este es un Año Vocacional, porque la Iglesia necesita hombres y mujeres que se entreguen a él para servir a Dios y a su pueblo… Las vocaciones son un don de Dios, que salen de nuestras parroquias, nacen allí donde se ha sembrado la fe cristiana, la fe católica y hemos pensado que hay muchos jóvenes y muchas jóvenes que deben abrir su corazón a esta posibilidad libremente, sin presión alguna, con la ayuda de sus sacerdotes, de sus padres, profesores y amigos”.
Además destacó que “Hoy también se inicia la Escuela de Monaguillos Diocesana, se inicia por un consejo dado por el Papa Francisco en octubre del año pasado, en donde me dijo “Sí quieres tener vocaciones, haz una Escuela de Monaguillos”, como el tenia en Buenos Aires”.
Además Monseñor Juan Ignacio indicó en su homilía que ” Venimos aquí, a pedir al Señor, misericordia para que termine el sufrimiento de tantos hermanos nuestros, como lo que hemos visto en las últimas semanas en el norte el terremoto que afectó, sobre todo la ciudad de Iquique, con miles de personas damnificadas y casas destruidas, especialmente el Alto Hospicio y ahora este terrible incendio en Valparaíso, que nos ha dejado a todos perplejos, que ha dejado a miles de personas sin nada. Por eso la Diócesis se ha levantado, como muchas otras, para ir en ayuda y hemos pedido a todos, a través de nuestra Caritas diocesana, hagamos llegar a estos hermanos nuestros, lo que necesiten, ropa, útiles de aseo etc., pero sobre todo la oración y la cercanía espiritual”.
A continuación se procedió a la renovación de las promesas sacerdotales. El Sr. Obispo se dirigió a los presbíteros, quienes afirmaron en voz alta su fidelidad al sacerdocio.
Los numerosos asistentes que se congregaron en la Catedral de San Bernardo, siguieron con devoción y respeto la celebración religiosa.
Acto seguido, Monseñor Juan Ignacio consagró el Santo Crisma y bendijo los Santos Óleos de los catecúmenos y de los enfermos, que se usarán durante el año en los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Unción de los Enfermos, los cuales entregó a cada vicario de la Diócesis.
Al finalizar esta solemne ceremonia se presentó un video promocional de la campaña 365 x V, es decir todo un año para rezar por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en la Diócesis.