Numerosos cuasimodistas y fieles de todos los rincones de la Diócesis salieron en caballos, carretas y bicicletas para celebrar la tradicional fiesta de Cuasimodo
A tempranas horas de la mañana, en las diferentes parroquias de esta sede eclesiástica, los sacerdotes bendijeron a los cuasimodistas, quienes tienen la misión de custodiar el Santísimo Sacramento, ya que Cristo se encuentra realmente presente en la eucaristía y ellos tienen la misión de acompañar a que Jesús llegue a las moradas de quienes más lo necesitan.
Luego, los gritos de “¡Viva Cristo Resucitado!”, escoltaron a los presbíteros que visitaron e impartieron la solemne comunión a los enfermos, ancianos e inválidos que se encontraban en sus hogares.
Esta tradición se remonta a los tiempos de la colonia cuando los jinetes acompañaban a los sacerdotes, que se desplazaban en carruajes, para que no fueran asaltados y pudieran llevar la comunión, el cuerpo de Cristo, a las personas que se encontraban enfermas o postradas.
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