Los obispos del Comité Permanente han expresado la disposición con la que el Episcopado chileno viaja al encuentro con el Santo Padre.
En el marco del viaje que todos los Obispos de Chile realizarán para reunirse con el Santo Padre, entre el 14 y el 17 de mayo, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, ha querido manifestar mediante una declaración la disposición con la que acuden al llamado de Pedro.
Con la esperanza de una fecunda renovación
1. El Santo Padre ha convocado a los Obispos de Chile a encontrarse con él para dar a conocer las conclusiones de la reciente visita de S.E. Mons. Charles Scicluna a nuestro país, y sus propias conclusiones al respecto. Nos invita también a tener un diálogo abierto y fraterno para colaborar “en el discernimiento de las medidas que a corto, medio y largo plazo, deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”. Con humildad y esperanza acudimos al llamado del sucesor de Pedro.
2. A pocos días de reunirnos con él, reiteramos nuestra unión con el Papa Francisco en el dolor y vergüenza expresados frente a los delitos cometidos contra menores y adultos en ambientes eclesiales. Reconocemos que, a pesar de las acciones realizadas estos años por la Iglesia, no siempre se ha logrado sanar las heridas de los abusos, las que siguen siendo una llaga abierta en los corazones de las víctimas y para el Pueblo de Dios.
3. Valoramos el reciente encuentro del Santo Padre con tres de las víctimas de Fernando Karadima. La actitud del Papa Francisco al acogerlos marca un ejemplo y nos muestra el camino que la Iglesia chilena está llamada a seguir ante las denuncias de abuso de conciencia, abuso sexual y, en definitiva, frente a todo abuso de poder que pueda ocurrir al interior de nuestras comunidades.
4. Reiteramos nuestro llamado a todos los fieles de nuestro país para que nos acompañen con su oración al Dios de la vida y de la verdad. Nos confiamos igualmente a la intercesión de la Virgen del Carmen para disponer nuestra mente y corazón al discernimiento en el espíritu de Jesucristo, su hijo.
Fuente: Prensa CECh