Monseñor Juan Ignacio González nos insta a volver al centro de nuestra vida católica poniendo al Señor en el pilar principal. “Ser de verdad constructores de la paz de Cristo y animadores de una cultura del orden, amistad cívica y la tranquilidad en medio de un tiempo de mucha tensión, violencias y temores”.
“La paz social y la fraternidad entre los hijos de una nación proceden del interior de cada uno de nosotros, y es un don que el Señor concede a los corazones y como todo don debe pedirse”. destaca el obispo en su mensaje.
EL prelado enfatiza también que: “Chile es una sociedad fundada desde sus inicios en los valores y enseñanzas del Evangelio y ellos explican la misma existencia de la nación. Abandonarlos o dejarlos de lado es camino seguro de sucesivas crisis y cada vez mayores conflictos”(…) “La responsabilidad en la solución de los problemas sociales de los diversos ámbitos es de todos los ciudadanos, pero tienen en ella una obligación específica mucho mayor quienes han sido llamados a los cargos de responsabilidad y representación, los dirigentes políticos y sociales. Los ciudadanos tienen derecho a exigir que cumplan verdaderamente esa misión, que debe expresarse mediante propuestas verdaderamente justas y que tengan en especial consideración a los más abandonados de la sociedad.
Finalmente pide “a todos los miembros de nuestras comunidades y a los hombres y mujeres de buena voluntad meditar estas breves consideraciones en familia, en nuestras comunidades, parroquias e instituciones de la Iglesia y sacar cada uno sus propias conclusiones, de manera que seamos constructores de la paz y la comunión en un mundo convulsionado y herido”.