El administrador apostólico de Rancagua, monseñor Juan Ignacio González, explicó que se acordó impulsar en todo el país campañas solidarias.
Monseñor, esta semana los obispos de Chile se reunieron en la 150° Asamblea Plenaria del Comité Permanente ¿Cuál fue el análisis de la situación actual del país?.
Nosotros igual que el resto del país estamos viviendo esta situación, por lo cual hemos tenido una Asamblea Plenaria online y hemos realizado el trabajo de intercambio y presentación de experiencias, presentación de planes. Este trabajo lo centramos en el tema que hoy nos ocupa y como consecuencia realizamos un mensaje conclusivo que hemos denominado: “No nos salvamos solos”, utilizando algunas palabras del Papa Francisco. Todos somos corresponsables en la prevención, creo que se ha avanzado en lo que nos ha pedido la autoridad, pero todavía hay ámbitos donde a la gente le cuesta y está claro que la irresponsabilidad de una persona puede significar la muerte de otra, sobre todo en el caso de nuestros hermanos adultos mayores. Los obispos tomamos la decisión de impulsar una gran iniciativa, que ya se está desarrollando en muchas diócesis del país y también en la de Rancagua, y que busca que nadie pase hambre ni tenga necesidades graves en este tiempo de dificultad. Para ello estamos realizando la campaña “Cinco panes y dos peces”. Tenemos antecedentes suficientes para saber que las dificultades van a ser importantes, puede llegar a haber mucho desempleo, hay muchos hermanos nuestros que están quedando en el camino, y familias desamparadas, y nosotros siempre hemos tenido la opción por los más necesitados y, por lo tanto, los necesitados ahora son todos los que están quedando sin trabajo. Por ello, llamo a todos a que seamos generosos, debemos cambiar la forma de ver las cosas y dar verdaderamente, aunque a veces nos pueda doler, no lo que sobra, sino lo que nos duele. Aquí necesitamos como en los grandes momentos de nuestra patria, se requiere una generosidad, una caja de alimentos con un gas al lado por un mes, vale 50 mil pesos, aproximadamente. Estamos trabajando para dar de comer a todos, porque nos hemos acostumbrado a cierto egoísmo.
Monseñor, ¿Los obispos también aprobaron un documento?
Aprobamos un documento que es muy importante, que se llama “Integridad en el servicio eclesial”. Es un documento se refiere a la manera cómo vivir nuestro servicio apostólico como laico, como religioso, como sacerdote y que se refiere a diferentes aspectos de nuestra vida personal, institucional, apostólica, en la relación con los demás. Este documento se va a dar a conocer en unos días más y está dirigido a todos, no sólo a los sacerdotes, porque tenemos que subir nuestros estándares. Muchas veces hacemos cosas imprudentes o que son ética y moralmente reprochables como sucedió con los abusos de menores. Este documento se ha trabajado durante mucho tiempo, se ha conversado con los sacerdotes, más de mil personas han sido consultadas y esperamos que tenga una muy buena recepción y que sea un camino para ir cambiando conductas que a veces pueden estar mal porque hieren o pueden herir a terceras personas.
Monseñor, ¿Cuál es el llamado concreto a los católicos?
En este momento, debemos ser buenos católicos, dedicarnos a los demás y vivir como hombres y mujeres de fe. Hay que vivir momentos potentes de caridad y solidaridad para ir en ayuda de quienes lo requieren en este momento, institucional y personalmente. Y orar, orar es lo que nos une y nos mantiene conectados al Señor, orar privada y comunitariamente, orar sin olvidar a la Madre de Dios.
Fuente: El Rancaguino