A los fieles y comunidades de la Diócesis de San Bernardo, en su Carta Pastoral, al iniciar los trabajos apostólicos de este 2023.
Al iniciar su mensaje Mons. Juan Ignacio destaca que “Se impone, por tanto, una resistencia clara y sostenida, porque hemos de defender aquello que es de la esencia de las enseñanzas del Señor y que la Iglesia trasmite. Todos hemos de tomar parte en esa defensa, cada uno en su ámbito, pero sobre todo expandiendo la enseñanza de la fe, mediante una catequesis adecuada; ahogando el mal en abundancia de bien”.
“Asimismo señala que “Por eso es necesario tener ante ellos lo que puede llamarse un realismo optimista, que al mismo tiempo que nos hace intentar comprender en toda su magnitud estos hechos de diversa índole, nos reafirman en que lo único que puede salvaguardar a Chile de ser una nación de progreso, orden, fraternidad y concordia, son los valores esenciales de la fe cristiana, que nacen de las enseñanzas del Señor Jesús”.
Tres líneas de acción pastoral.
Comprendiendo que las realidades pastorales son diversas dentro de lo que es común, quisiera que tuviéramos en cuenta en el próximo trienio (2023-2024-2025) tres líneas generales de acción, que cada uno deberá aplicar a su realidad pastoral.
a) Volver al culto a Dios. La Misa Dominical
“Cada párroco o administrador parroquial, es el primer responsable del culto a Dios y ha de estudiar y orar, para lograr las mayores facilidades para que sus fieles puedan asistir a la Santa Misa”.
b) La oración comunitaria y personal
“… hemos de hacer un especial esfuerzo en la oración quienes están llamados a guiar y orientar al pueblo de Dios y particularmente en la preparación y acción de gracia al celebrar el Santo Sacrificio de la Eucaristía “
c) Las obras de caridad
“La caridad se ha de manifestar, en primer lugar, con las personas que Dios ha puesto a nuestro lado y con los más necesitados. Consistirá frecuentemente en preocuparnos por su salud, por su descanso, por su alegría. Los enfermos merecen una atención especial: compañía, interés verdadero por su curación, facilitarles el que ofrezcan a Dios su dolor, el que recen según sus posibilidades, etc.”.